Este collage lo hice dos años antes de comenzar mi etapa en la pintura. Al regresar de un viaje a Loomis (California) traje conmigo algunos blocks de hojas con motivos de distintas formas y colores. Tenía un año de haber regresado por segunda ocasión a mi lugar favorito de naturaleza: Torres del Paine, un parque nacional en la patagonia chilena, considerado por muchos como la octava maravilla natural del mundo. La primera vez que conocí este parque estaba acercándome al final de un viaje de medio año por Sudamérica. Llegué sin saber nada sobre el lugar y por lo mismo, sin ninguna expectativa. Esa experiencia ha sido una de las de mayor impacto positivo en mi vida. Caminar por paisajes hermosos, con climas tan cambiantes de un momento a otro (multiclima) pasando de lo soleado a la lluvia y luego a fuertes vientos, llevar la mochila cargada de peso y aún así seguir disfrutando la caminata, llegar a la zona de camping y montar la casa de campaña para convertirla en tu casa, tu refugio. Torres del Paine es una cadena montañosa por la cual se puede hacer senderismo en dos circuitos; uno llamado  “O” que rodea estas montañas y otro llamado “W” que fue el que yo hice, el más turístico. Lo hice en cuatro noches y cinco días. Recuerdo que al terminar esa experiencia me sentía capaz de escribir todo un libro con las emociones que me había tocado experimentar. Nunca lo hice, así que el plantearme hacer este collage era una forma de retomar esa especie de homenaje a mi lugar favorito. Torres del Paine tiene dos vistas icónicas: “Torres del Paine” y la de este collage “Cuernos del Paine”, mi favorita. Por mucha descripción que cualquiera haga de este lugar no hay como vivir la experiencia de caminarlo, sentirlo, olerlo y disfrutarlo.