Imagínate asistir a una subasta y adquirir por 380 dólares un paquete de negativos fotográficos, pensando que te pueden servir para un libro de historia de Chicago en el que estás trabajando y descubrir que lo que compraste resultó ser una auténtica joya. La autora de esas imágenes era una total desconocida, así que el comprador se puso a investigar y cuando estaba cerca de poder haber llegado a ella, descubrió que había fallecido dos días antes de comenzada su búsqueda. Vivian Maier (1926-2009) pasó toda su vida profesional dedicada a ser niñera y la fotografía la practicó como afición, totalmente en secreto. Actualmente es una de las fotógrafas más reconocidas del siglo pasado. Cuando comencé a pintar retratos de personajes importantes, en el ámbito de la fotografía, en quien pensé primero fue en Vivian Maier. La idea principal para este retrato fue mostrar algo de su legado, así que imprimí muchas de sus fotografías y las utilicé como fondo para pintar uno de sus autorretratos más icónicos. Dentro de ese collage agregué algunas que tomé durante una exposición fotográfica de Vivian Maier, con la que tuve suerte de coincidir en Los Ángeles California. Un detalle “al estilo Vivian Maier” fue firmar la obra colocando un autorretrato mío en la parte inferior derecha.