Este retrato es el cuarto de la serie; lo elegí por su minimalismo y por lo mismo, decidí no aplicar tinta china al vestido; busqué mezclar el fondo blanco del papel con la vestimenta “pintada” en negativo, es decir, ausencia de pintura. La composición de la foto junto a la corona en el cabello de la modelo me proyectaba una imagen algo celestial, por eso añadí el círculo dorado para que se mimetizara con la corona. Al final me gustó la mezcla entre el minimalismo de los trazos y la fuerza que imprime el círculo dorado en la composición. El título se debe a que la pieza me evoca a una novia.